Desafiando obstáculos en el Mundo Científico Boliviano

El acto de hacer ciencia es una empresa gratificante, aunque no exenta de desafíos. La expresión popular “todo lo que tenemos es prestado” cobra un significado especial en este contexto, reconociendo que cada participante en la ciencia contribuye con nuevos conocimientos sobre las experiencias de aquellos que le precedieron. En Bolivia, como en cualquier parte del mundo, hacer ciencia implica enfrentar obstáculos particulares, pero también representa una oportunidad para construir sobre el legado intelectual de quienes nos precedieron.

A través de las generaciones, los científicos han enfrentado el desafío de hacer ciencia con habilidad y generosidad, compartiendo sus experiencias con los recién llegados. Este intercambio intergeneracional ha creado un cúmulo de conocimiento que sirve como un capital inicial para los científicos emergentes, brindándoles la solidez necesaria para superar los desafíos actuales y los futuros. En este sentido, la comunidad científica boliviana se encuentra inmersa en una realidad diversa, con experiencias únicas, pero con el objetivo común de contribuir al bienestar de la sociedad.

Hacer ciencia implica sumergirse en la esencia de un problema, comprenderlo profundamente y presentar los resultados obtenidos. El científico se enfrenta al reto de buscar soluciones, explorando el pasado, abordando el presente y proyectándose hacia el futuro. La ciencia no es exclusiva de un grupo reducido; cualquier persona interesada puede adentrarse en este fascinante campo, siempre y cuando esté comprometida a devolver a la sociedad los conocimientos adquiridos.

Además de los desafíos inherentes a la investigación científica, en Bolivia se enfrentan obstáculos adicionales. La abrumadora burocracia consume gran parte del tiempo del personal científico, desviándolo de su labor investigativa. Los requisitos administrativos, a menudo redundantes, generan documentación innecesaria que satura las oficinas de auditoría. La falta de financiamiento también plantea dificultades, a veces motivadas por intereses ajenos al beneficio de la ciencia y la sociedad.

En Bolivia, el desafío de hacer ciencia también implica lidiar con la práctica sistemática de que entes colegiados, a menudo compuestos por individuos con poca o ninguna experiencia en el ámbito científico, tomen decisiones sobre la pertinencia y relevancia de propuestas generadas por quienes realmente trabajan en la ciencia.

Superar estos desafíos demanda un esfuerzo conjunto de la comunidad científica, así como la colaboración entre las instituciones gubernamentales y los organismos reguladores. La simplificación de la burocracia, la mejora del financiamiento y la inclusión de expertos en la toma de decisiones son pasos fundamentales para fomentar un entorno propicio para la ciencia en Bolivia. A pesar de las dificultades, el compromiso continuo con la investigación científica contribuirá a construir un futuro donde el conocimiento sea un recurso compartido y renovable.

Por: Ernesto Rojas Cabrera

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