En un avance significativo hacia la sostenibilidad agrícola, un equipo de especialistas del CONICET en el Instituto de Biología Agrícola de Mendoza (IBAM, CONICET-UNCUYO) ha presentado una metodología revolucionaria para la detección de drogas farmacéuticas en cultivos vegetales. Este método, basado en el uso de solventes eutécticos profundos naturales (NADES), marca un hito en la ciencia analítica verde y promete ser más rápido, sensible y respetuoso con el medio ambiente que las técnicas tradicionales.
La técnica, que utiliza componentes de origen natural y no tóxicos como azúcares, alcoholes, aminoácidos y ácidos orgánicos, ha sido aplicada con éxito en la detección y extracción de ibuprofeno de muestras de lechuga baby cultivadas en invernadero bajo condiciones controladas. Esta investigación, liderada por Sabrina Mammana, becaria posdoctoral del CONICET en el IBAM, abre nuevas posibilidades para comprender cómo los cultivos vegetales responden a la presencia de contaminantes farmacéuticos en el entorno agrícola.
La lechuga baby, elegida estratégicamente como objeto de estudio, se ha revelado como un indicador valioso debido a su valor nutricional y la capacidad de absorber y concentrar sustancias como el ibuprofeno. Estos hallazgos tienen implicaciones importantes, ya que señalan la necesidad de considerar los riesgos asociados con la reutilización de aguas residuales en la agricultura, especialmente en regiones con escasez hídrica.
El equipo científico disolvió ibuprofeno en agua corriente y regó las plantas con ese agua contaminada para evaluar si la lechuga absorbía el fármaco. Los resultados revelaron que las lechugas baby son capaces de absorber y concentrar cantidades sustanciales de ibuprofeno, lo que podría tener consecuencias en la calidad y seguridad alimentaria. La exposición a analgésicos como el ibuprofeno puede provocar efectos fisiológicos y morfológicos, afectando el crecimiento y la salud de las plantas.
Desde una perspectiva analítica, este estudio no solo presenta una metodología más sostenible y eficiente en comparación con las anteriores, sino que también plantea la posibilidad de aplicar la misma técnica a diferentes tipos de hortalizas y expandir la investigación a otros analgésicos. Esto contribuirá a mejorar la seguridad alimentaria y comprender mejor los riesgos asociados con la presencia de sustancias farmacéuticas en el entorno agrícola.
En un mundo que busca soluciones sostenibles para la agricultura, esta metodología emerge como un paso adelante, proporcionando herramientas valiosas para la investigación y promoviendo prácticas agrícolas más respetuosas con el medio ambiente. La ciencia analítica verde se consolida como un aliado crucial en la creación de un futuro agrícola más equitativo y sostenible.