Hacia una Economía Carbono-Neutral en Paraguay para el 2050

Desde 2016, fenómenos climáticos han impactado los sectores primarios y energéticos en Paraguay, contribuyendo a la caída de los precios agrícolas. Esta situación ha obligado al gobierno a tomar medidas fiscales para compensar la disminución de los ingresos públicos. En 2019, la economía experimentó un estancamiento significativo

En respuesta a estos desafíos, en septiembre de 2016, el gobierno estableció la Comisión de Coordinación Interinstitucional, encargada de implementar y monitorear los compromisos internacionales asumidos en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. La comisión planifica sus actividades de manera anual y busca la participación tanto de organizaciones del sector público como del privado.

Uno de los pasos más significativos hacia un futuro sostenible ha sido la colaboración entre el Ministerio de Educación y el Centro para el Desarrollo Sostenible de la Universidad de Columbia en Estados Unidos. Juntos, están diseñando e implementando una reforma a nivel nacional con el objetivo ambicioso de lograr una economía carbono-neutral en Paraguay para el año 2050.

En el marco de este proyecto, el Centro para el Desarrollo Sostenible está asistiendo al gobierno en la ejecución de una reforma fiscal para cerrar la brecha de “finanzas verdes” en Paraguay. Este enfoque innovador busca no solo abordar los desafíos económicos actuales, sino también sentar las bases para un desarrollo sostenible a largo plazo.

Uno de los aspectos cruciales de este proyecto es la incorporación de fuentes de energía renovable adicionales, como la eólica y solar, para complementar la producción de electricidad de la represa hidroeléctrica binacional Itaipú, compartida por Paraguay y Brasil. Esto marca un cambio significativo hacia una matriz energética más diversificada y sostenible.

A medida que Paraguay avanza hacia su objetivo de una economía carbono-neutral para 2050, se plantean preguntas cruciales sobre la capacidad de adaptación y resiliencia del país. La diversificación de fuentes de energía y la integración de prácticas agrícolas sostenibles son solo el comienzo.

El compromiso del gobierno paraguayo con la Agenda 2030 y su colaboración con actores internacionales reflejan una determinación real de abordar los desafíos ambientales y económicos simultáneamente. A medida que se implementan reformas fiscales y se exploran nuevas fuentes de energía, Paraguay se encamina hacia un futuro más sostenible y equitativo.

En resumen, la visión de una economía carbono-neutral para 2050 en Paraguay no solo es un ambicioso objetivo, sino también un compromiso con el desarrollo sostenible y la mitigación del cambio climático. Este viaje hacia la sostenibilidad requiere la colaboración continua entre los sectores público y privado, la participación activa de la sociedad y una educación que inspire el cambio necesario para construir un futuro más verde y resiliente.

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